Sombras
Black
Shadow despertó del sueño de la vida
transformado en diferentes sombras; tratando de luchar para sentir el olor de
los cerezos; para degustar el sabor de las frutillas, poder sentir el cálido
viento y la lluvia fría acariciándole el rostro. Poder ver los colores de cada
amanecer; escuchar el canto de los pájaros. Finalmente descubrió que sólo era
una simple sombra y que jamás podría tener los cinco sentido como tienen los
seres humanos. Sólo somos sus guardaespaldas y estamos detrás, delante y a los
costados de ellos, y con ellos hasta los fines de sus días.
Nanci
Bordón
***
Quienes
escuchan
la
súplica del tiempo
gritan
pidiendo a lo lejos
que
salga el sol...
Se
pierde
entre
los árboles
inquieto entre las montañas,
un
segundo después
todos
quedan en silencio...
Se
oye como si fuera
que
el mundo se partiera
en
dos: Mitad sol // Mitad luna
Nada
era igual
un
mundo
quedó
dividido
sin
que nadie
pudiera
explicar
qué
paso...
La
eternidad
lanzó
un profundo grito
lejano,
son los últimos
que
quedaron vivos...
Hoy
era el último sueño
del
sol de mañana...
Sin
ver una sola luz;
quizás
algunos días
podrán
ser noche
y
ser días hoy
Rodrigo
Verdi
***
Aburrida
en mi casa. De un momento a otro llegó mi mamá apurada porque tenía que hacer los
mandados y perdió la plata y estaba enloquecida, buscaba por toda la casa hasta
que la encontró y suspiró aliviada. Fue e hizo los mandados, sonó el teléfono y
llego rápido para poder atender, y el
teléfono que sonaba y sonaba; hasta que
al final lo atendió.
Lejos
de todo yo seguía aburrida; mi mama empezó a cabecear hasta que se quedó
dormida. Se le caían los mocos y yo se
los soné.
Prendí
la tv y fue ahí que mi mamá se despertó y
puso la pava matando al
aburrimiento.
Sandra
Giangrenco
****
Viaje
a una nueva vida
Siendo
un joven recién egresado de una escuela técnica de un país latinoamericano cuyo
gobierno estuvo varios años bajo régimen militar y luego con la vuelta de la
democracia, decidí emigrar a otro país ya que en el cual vivía acortaron o
prácticamente quitaron los fondos para la investigación, y al instituto Balseiro
en el cual cursaba estudios de física nuclear prácticamente los transformaron
en un laboratorio casero al no mandarles fondos. Allí estudiaba física nuclear.
Ya
en EE.UU, rendí con éxito un examen de admisión en el MIT (Instituto Tecnológico
de Massachusetts) y obtuve un doctorado en física nuclear y de allí fui
seleccionado por la NASA para ir a trabajar en un proyecto clasificado de
máxima prioridad.
El
objetivo era ir al planeta venus, son condiciones inhóspitas que hace imposible
la vida humana, pero la curiosidad y la ambición del hombre no conocen límites.
Pidieron
voluntarios, lo pensé, nada tenía que perder, lo que tenía en circunstancias
trágicas lo perdí.
Antes
de viajar completé tres mil horas de vuelo en aviones de guerra y me gradué de
ingeniero nuclear.
La
nave provista de un poderoso motor “saturno cinco” y una cápsula que iba a ser
mi hábitat, fueron rápidamente ensambladas. Luego de eso en un simulador de
vuelo estuve horas y horas practicando su funcionamiento y estudiando
astronomía…
Llegó
el día del lanzamiento: y embutido en el traje espacial y con miedo a lo
desconocido y sin garantías de volver a casa el cohete despegó en una vorágine
de fuego y aceleración.
Salí
de la atmósfera y pude ver el hermoso espectáculo de la curvatura de la tierra
y a ella en su totalidad. Me relajé y dormí. Me despertó el chillido de la
radio con su graznar de ganso dando instrucciones. Es increíble la capacidad de
adaptación del hombre, solo separado por una aleación de titanio y cerámica viaja
como si fuera en un micro.
Los
días pasaron y los meses. De pronto vi a venus en su esplendor. ¡Que hermoso
planeta!. Comencé a orbitar a su alrededor, de pronto perdí el control de la
nave como si algo la atrajera a entrar en la atmósfera del planeta, por radio
di la novedad ésta me miraba como la mirada de un muerto, muda, y sorda ante
mis llamados desesperados.
Sentí
un calor descomunal al entrar en la atmósfera, hasta que de pronto disminuyó y
suavemente la nave guiada por una fuerza misteriosa descendió en una llanura.
Probé
las condiciones exteriores, increíble aire para respirar, temperatura y presión
similar a la tierra.
Con
el traje de astronauta salí a ese lugar y camine por ese campo fértil con un
sembrado de lo que supuse eran granos pero extraños.
A
lo lejos divisé un grupo de figuras que se dirigían hacia mí, tense los
músculos y comprobé si mi arma de rayos láser estaba presta. Camine hacia ellos
y ellos hacia mi lentamente, al encontrarlos vi hombres y mujeres igual a los
humanos que me sonreían y extendían la mano, en ese momento mi confusión era
tal que estaba en el paroxismo de pensar si era alucinación o locura, pero no
me hablaron, interrogué y pregunté porque en la tierra no se veían las cosas
así.
La
voz de un hombre de mediana edad me explicó que era una proyección para que se
observara que el planeta era inhabitable y que por la belicosidad del hombre no
querían entrar en contacto con mi planeta. Desde el principio de la era atómica
nos estudiaban, y pretendieron colonizarnos para calmar las guerras, el hambre
y todo tipo de mal, pero son tantos países y divisiones que es imposible
colonizar a la tierra por las buenas.
Aquí
donde estoy existe un solo gobierno y todos son iguales, no hay división de
clases sociales, raza, color, ambición desmedida, consumismo.
La
parte espiritual va en primer lugar, me preguntaron qué haría, sin dudas
contesté que allí en ese remanso de paz quería quedarme.
Fui
a la astronave a buscar cosas personales, la radio graznaba y pedía ubicación y
contestación, accioné una perilla y puse en marcha el mecanismo de
autodestrucción…
Gerardo
Gustavo Ordoñez.
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