domingo, 27 de diciembre de 2020

A cielo abierto

 


Suelto amarras

Complacido,

con el invierno de lobos

Complacido,

con el alambre de la cerca

Complacido,

Con la abatida arquitectura


Amanecen las seniles montañas

Un azul maniatado despunta

Se envanecen los astros

Se agolpó el viento,

como un beso

Mares de hierro,

que se hunden

 

Espada del Atlántico:

tu puerto.

Horacio Quinteros

domingo, 13 de diciembre de 2020

Corazón de guerrera

 


Forjas la lucha al amparo de tus alas,

no claudicas ante la mano del tirano.

Te regocijas en el silencio del cuervo,

la espada del pretor en tu pálida cabeza.

Tus armas son de los tiempos de Aquiles

y de la bélica ceniza de los inquisidores.

En el edificio del Dios, el pecho insufrible,

donde el polvo del martirio se deshace.

Tus pies yacen a las sombra de un árbol

que se convirtió en dragón, en pantera.                                                                        

Fuerte, Inocente, Ensangrentada

No diré Juana, diré fuego.

Susana Martini

Pintura: Ricardo Carpani

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Luna



En cada amanecer te vuelves a esconder. Enredaderas de jade y esmeraldas a tu alrededor. El sol besa tu frente bendiciéndote. Lentamente te zambulles en tu lecho azul. Tus súbditos velan tu sueño hasta el nuevo anochecer. Luna llena, lámpara de sal. Quién te pudiera alcanzar. Tu rostro se refleja sobre tanta inmensidad. Corro hacia ti. Tus sensuales labios carmesí quiero besar. Te desvaneces cual estrella fugaz. Tan solo me dejas un sabor a sal. 

Claudia Turcato 

Pintura: Joan Miró




Amor rebelde


 

Me llevaste el corazón sin avisar/

y mucho me consuelo en tu distancia /

pero vivo enamorado en despertar/

que veré un Sol distinto tocando mi ventana .

Nada me quitas de este rebelde amor/

que siento en aumento por mi alma /e una vez

me alimento por cada suspiro en ilusión /

y de sentir que no se apaga la quemante llama.

Tendré la certeza que una vez lloró /

tu corazón anhelante sobre mis palabras /

y que nos encontraremos

venciendo con amor /

lo que tanto nos dijimos

madurando el alba///

Texto: Jorge Quinteros

Pintura: Joan Miró

jueves, 26 de noviembre de 2020

INICIACION



La espalda encorvada del hombre,

la frente sostenida por la mano,

el codo del hombre apoyado en la mesa.

 

La mirada fija en la hoja blanca, inquisidora.

Escenario estático de una mente en ebullición

-de un corazón jadeante/agitado-

fermento aciago de un proceso en ciernes

más plagado de vacilaciones que de certidumbres.

 

Imposible dogmatizar un nacimiento.

Y en medio del laberinto

Alumbra el poema

 

¿El hombre de la espalda encorvada

estuvo allí sosteniendo su cráneo con la mano

o el poema le dio inicio y linaje?.

Enrique Minetti

Pintura: Rousseau Théodore. 

 

lunes, 23 de noviembre de 2020

Poesía

 



Expresión sin límites al sol...

Desenmascar el sentir profundo.

Felicidad y tristeza de la mano.

Amiga entrañable de las musas.

Absoluto tesoro sin fin.

Introspección del alma ya lista.

Calor de fuego abrazador de la noche.

Volcán sin lava...

Ver el rostro del supremo un instante.

Parte de mi vida irremplazable.

Marylin Thel.

Fotografía: Grete Stern



sábado, 21 de noviembre de 2020

La motoneta


Pienso que era por fines de diciembre del año 1961 o 1962. A eso de las cinco de la tarde sonó el timbre de nuestra casa y mi madre salió a atender. Pegó un grito de alegría. Cuando regresó estaba en un estado de excitación notable.

El que había tocado el timbre era Osvaldo, el carnicero de la vuelta de casa. A él le hacíamos nuestras compras habituales y además le habíamos comprado un número de la rifa que anualmente hacia la Asociación de Carniceros. No sé si era el premio mayor o uno menor, pero habíamos ganado una motoneta Siam Lambreta 150. ¡Habíamos ganado un premio en una rifa! ¡Increíble!

Esta motoneta iba a cambiar nuestras vidas en los años siguientes. Por empezar, mis padres debían decidir si nos quedábamos con el premio o si la cambiaban por el equivalente en dinero. Y la decisión fue: la moto.

Ahora, nuestro padre tenía que aprender a manejar. Menuda tarea ya que nunca había manejado ni una bicicleta. Un amigo que tenía un “vehículo” similar le ofreció enseñarle. Y así todas las tardes se juntaban en casa y se iban al parque Urquiza a practicar.

Pasadas unas semanas mi padre nos quiso mostrar sus avances y cuando regresó de la habitual práctica nos pidió que saliéramos a la calle para conocer sus avances. Salió por Colón hacia el sur y al llegar a La Paz quiso girar en redondo para retomar Colón hacia el norte. Comenzó a girar a la izquierda y parecía que las ochavas y cordones se apartaban para dejarlo pasar justito. Pero el último cordón se empeñó en no moverse. ¡El cordón! ¡Cuidado el cordón! Mi viejo alcanzó a saltar de la motoneta y seguir caminado por la vereda como disimulando. La moto quedó trabada en el cordón como diciendo “¿y vamos a seguir o no?”.

Pasados unas semanas mi padre comenzó a ir a trabajar en su vehículo con lo que se le hacía fácil regresar a almorzar con nosotros.

Para el invierno se disfrazaba con guantes, pullover grueso, gorro de lana y se ponía hojas de diario debajo del pullover. Después mi madre le confeccionó un chaleco con una sábana vieja y relleno de diarios.

Cuando comenzaron las clases en el industrial, mi padre se empeñaba en llevarme a la escuela. Pero yo iba siempre con mi compañero, el gordo Perella. Era espectacular ver a la moto con tres pasajeros, sentados uno en cada asiento y el gordo en la rueda de auxilio. La moto iba casi en una sola rueda, por el peso de mi amigo Rafael. ¿Habrá sido la primera moto-colectivo de la historia?

La situación se repetía cuando mi padre salía con mi madre y mi hermana a pasear. Claro que mi hermana iba parada delante del conductor y si había un cuarto pasajero, se ubicaba en la rueda de auxilio.

Con el tiempo, mi padre se dio cuenta de que la moto no era para él, por los peligros de las calles y porque nosotros, ya pisando los quince años, la mirábamos como para empezar a usarla. Conclusión, “Motoneta Siam Lambreta 150 cc, se vende”. Y se vendió.

Esta fue la primera experiencia de la familia con un vehículo, después vendría la renoleta, el Fiat 1100 y el Gordini. Pero esa será otra historia.

H. B. Carrozzo

Fotografía: Grete Stern

martes, 10 de noviembre de 2020

Que niñez la de ayer

 



 

EL ayer me recuerda

Nuestra niñez inocente

Con juegos improvisados

Solo queríamos soñar

 

Hoy yo quiero recordar

Y contarles a los demás

(Lo vivido cuando niños)

Solo juegos y sencillez.

 

Nuestras muñecas de trapo

Envueltas con ropa vieja

Y cantando el arrorró

Nuestra risa contagió.

 

Mientras que los varones

Las pelotas fabricaban

Eran medias de mamá

Las mejores competían

La más dura y a patear.

 

Las bolitas, figuritas, el barrilete

Hecho por ellos, con cañas, engrudo,

Diario viejo formando triángulos,

Cohetes, otras formas elegidas,

Poniéndole al final  cola larga

Y verlo muy alto volar.

 

Todo el tiempo se jugaba

Corriendo sin parar

Detrás de las mariposas

Mientras la tarde dejaba

A la luna que aclaraba.

 

Eran campeones del trompo

Dando vida a las esquinas

El piolín era el causante

Cuando el mismo se dormía.

 

El juego de las chapitas

Eran la juntada fija

Con un revuelo de voces

Cuando hacían tapadita.

 

El buen día, permiso y por favor

Eran costumbres normales

Que inculcaron nuestros padres

Marcando valores y buenos modales.

 

Eran eternos los años, la navidad,

y año nuevo se hacían esperar

La mesa grande y comidas caseras

No debían de faltar.

Era una tradición la reunión familiar.

Ana María Arrieta

Pintura: Paul Klee


martes, 3 de noviembre de 2020

Señora Luna

  



Es la señora Luna, lumbrera de la noche,

que transforma a los simples en mágicos poetas…

Los senderos oscuros se ven iluminados,

cuando ella se pasea con su halo de plata.

Brilla la amante eterna, que encanta hasta a los grillos

para formar su orquesta con notas

que navegan en medio del follaje.

Se sabe poderosa…

La aman las montañas, los valles y los mares

que embravecen sus olas tratando de alcanzarla.

Y se entregan rendidos en las playas lejanas

con encajes de espuma blanca como la nieve.

Los poetas del mundo le dedican sus versos.

Y cada enamorado a través de los siglos,

la mira embelesado recordando a su amada,

añorando caricias bajo su luz plateada.

Tiene muchos espejos donde se mira airosa,

los lagos y los ríos, los diques y lagunas.

Narcisa majestuosa, no hay amor si no juega,

a mirarse arrobada y pasearse Señora.

Analía Criado

Pintura: Claude Monet


lunes, 26 de octubre de 2020

“Todos piensan en cambiar en mundo, pero nadie piensa en cambiarse a si mismo”. León Tolstói



Por la ventana de los sueños, cada noche se asoman Esperanza, Libertad y Felicidad. Ellas me regalan diferentes utopías...

Cuando tomo la que trajo Felicidad, al poco tiempo se desvanece...
Luego busco eso que me dejó Esperanza, me parece ver una tenue luz, voy hacia ella, pero cada vez se aleja más...
Después intento aferrarme a Libertad, y nuevamente quedo a medio andar...
De pronto, me despierto sobresaltada y allí está, frente a mí. Es una muralla difícil de atravesar. Quiero hacer una puerta para traspasarla, pero es tan dura que mis fuerzas se agotan... Es inútil, nadie puede contra ella, por más que lo intente nunca cambiará. Alguien susurra en mis oídos: “es muy difícil cambiar la Realidad, sola. Únete a Esperanza, juntas busquen a Libertad y alcancen a Felicidad, el Tiempo, siempre estará junto a ustedes”.


Claudia Turcato
Pintura: Paul Klee

domingo, 18 de octubre de 2020

PENSARTE

 


Me detengo a pensarte en esta mañana

qué tiene tu cintura en una sola gota

Palabra de cristal, escarpada piedra

- ¡Oh dormida con el cantar del gallo!-

Alguien silba  un latido de guitarra,

Otro se sienta agarrándose el alma,

- ¿Con qué mano debo escribir ahora?-

- ¿Hablar, después que gimen las miradas?-

Sufres de mí, se ve y tú lo sabes,

hombre convulso de sangre animal

que quiebra las muelas de la razón

pujando mi cuerpo a distancia,

- ¡Cómo oyes deglutir tu pena en plural!-

Eres de acero, apasionado, enérgico

oprimiéndome el reino de las fibras,

en los siglos semanales de gracia.

Bajo el techo de escrituras al borde,

tus abrazos inconfundibles, dos a dos                                                                                               -

Taciturno dormiste el modo arriba.

Amado ser,  en este día espléndido

dónde juega la sombra de la impulsión,

ven a mí, en bloque y de cabeza

Sí, me he vuelto tu mano en la taza,

a cada minuto, parada en el ayuno de boca

- ¡Qué le diré ahora a mi pañuelo de pestañas!-

-¡Oh luz, lluvia y sol de circulación venosa!-

Ahora, hazme el favor, ven contigo


Autora: Susana Martini

Pintura: Ricardo Carpani

martes, 13 de octubre de 2020

 


Estoy clamando tanto por lo que sientes,

¿Cuánto es lo que llevas, para que pesen en tu alma

cuánto te quema sin llamas en tu mente,

qué detiene tu corazón para llegar a mi alma?

Sólo el tiempo te sigue donde quieres,

sólo el tiempo te enseña quien te ama,

sólo el tiempo te dice cómo eres,

y te mostrará Primavera en cada mañana.

En tu pensamiento, tenme fuerte,

aunque soplen contra vientos con distancia,

no temas por tormentas, algunas tendremos,

toma mi mano y no la sueltes con desvelos,

seremos dos almas en vuelo .......

Con un solo amor....que llevemos ///.

Jorge Quinteros

Pintura: Wassily Kandinsky

miércoles, 7 de octubre de 2020

Filosofía


 

Oí decir, ... “nadie  puede

saber... qué... es  Filosofía”

ésta materia no  la había

cursado en la  “Facultad”....

 

¡Tampoco fue mi mamá,...

pero la vieja,...sabía!

 

¡Si!... sabía distinguir

lo bueno ... de lo incorrecto,

sabía lo que es respeto

y no falsear  la Verdad

 

lo que ya en la “Facultad”

parece ser.......  “obsoleto”

 

Muchas veces la “Instrucción”,

desplaza al Conocimiento,

ese Saber que es cimiento

y da sentido a la vida

 

¡La Ciencia bien entendida,

es tan sólo un instrumento!

 

De poco sirven las citas

de filósofos famosos,

cualquier pensamiento hermoso

se convierte en nadería

si en tu conciencia o la mía,

no encuentra un eco fructuoso

 

Ejercitar la Razón,...

sin miedos....  ni altanería....

 

Desechar la Tontería,

por más que la vistan de “arte “....

 

Pensar en todo,... y “pensarte”.....

¡ eso es .......Filosofía!

 

Texto: José Lumia

Pintura: Davi Forte

lunes, 5 de octubre de 2020

DOS HOGUERAS


No hubo tiempo para reflexionar -ni poco ni mucho-, apenas conocida la noticia se armó la pila y todo ardió. Rápidamente el fuego carbonizó hojas, capítulos, títulos. Obras enteras ardieron aquella noche patagónica, como sombrío presagio, tal vez.

“En 1499, en Granada, el Arzobispo Cisneros echó a las llamas los libros que contaban ocho siglos de cultura islámica en España, mientras trece siglos de cultura judía ardían en las hogueras de la Inquisición. “En 1562 en Yucatán, Fray Diego de Landa mandó a la hoguera ocho siglos de literatura maya”, nos cuenta Eduardo Galeano.

Tiempo después, lejos de la primera hoguera, hubo otra quemazón, esta vez no de libros sino de cartas. Habían sido enviadas desde el Sur por aquél que quemó los libros. Eran cartas inocentes -y también indefensas- digamos de amor (con perdón de la palabra) pero, se avecinaban tiempos de invasión, de horror y toda precaución era poca.

Hubo muchos incendios en la Argentina de aquélla época. Memorias, caricias, besos, abrazos, esperanzas, fueron arrojados al fuego.

Como vemos, los hubo antes y también después de 1976. Espanta el dato. Poco o nada hemos aprendido.

En el año 2003, cuando las tropas invasoras concluyeron la conquista de Irak, fueron vaciados todos los museos y fueron robados los libros de barro cocido que contaban las primeras historias y las primeras leyes escritas del mundo. “Ardió la Biblioteca Nacional de Bagdad y se hicieron cenizas más de medio millón de libros. Muchos de los primeros libros impresos en lengua árabe y en lengua persa murieron allí”, añade Galeano.

Del Sur al Litoral hubo, en esta pequeña historia, dos hogueras entretejidas, sin que lo supieran sus autores, urgidos por los tiempos de los déspotas.

En ambas ardieron ilusiones. Los sueños no se quemaron.

Enrique Minetti

sábado, 26 de septiembre de 2020

Evocando a Plaza López

 



Yo puedo agregar muchas emociones y espacios de Plaza López, conservo una foto de mi niñez, paradita en un banco de ese espacio, sostengo a mi muñeca y a mí me sostiene la niñera, Angelina...foto que aún me emociona. Héctor mencionó una fuente central, yo agrego la otra, la de los angelitos. Estaba en la montañita, aun existente, Laprida y el pasaje Storni. Esa fuente fue trasladada al Parque Urquiza. Se puede verla en Chacabuco pasando la cafetería Le Park.

Plaza López, la de árboles hermosos, retoños de especies de todo el mundo. En mi niñez la maestra del primario nos llevaba a observar toda esa Flora. Plaza López….mis juegos, mis pasos desde casa de mi abuela paterna a la mía sobre Pellegrini. Pasaron los años, mis hijos jugaron, anduvieron en la calesita. Cuántas generaciones, la de mis abuelos, mis padres, yo, mis hijos...

Aún ese espacio verde me convoca, mis emociones, mis tránsitos, mi historia alrededor de esa mágica plaza.

Texto: Adriana Fontanarrosa

Pintura: Guadalupe Moreno Sanz

jueves, 24 de septiembre de 2020

Plaza López

                                                                                                


Esta plaza que está ubicada en el Barrio “República de la Sexta” se llamaba originariamente Plaza de las Carretas (1856) y es una de las más antiguas de la ciudad, por lo que fue testigo de hechos trascendentes de la ciudad. Entre ellos, fue mercado de frutos, hospital del Ejército en la Guerra del Paraguay, corral para la caballeriza del Ejército y posteriormente mercado de verduras. También de ella partió el primer tranway de la ciudad que unía la plaza con la Aduana, y de ella se elevó el primer globo aerostático en la ciudad. Alfonsina Storni vivió en esa zona. Uno de los primeros recuerdos que tengo de ella se remonta a los años 50. La tía Emma vivía por la zona y nosotros la visitábamos frecuentemente. De allí recuerdo ir a pasar las tardecitas entre las hamacas, el tobogán y los otros juegos, que estaban ubicados en el parque arenero y esperaban a los pibes del barrio. Era el lugar de encuentro de los vecinos del lugar. Un poco más adelante, a mediados de los 50, hacíamos navegar un pequeño velerito de juguete que nos prestaba la tía en la fuente ubicada en el centro de la misma. El paso de los años y la intransigencia la fue deteriorando; pero hoy, restaurada, la estatua luce esbelta su figura, aunque protegida por unas rejas que impiden el acceso de la gente a su entorno. Luego, allá por el final de los años 60 vino la calesita que aún sigue juntando a los pibes en ese viaje imaginario en “Dumbo”, en el caballo blanco de San Martín o en ese auto que nunca ganó una carrera. Y la denodada lucha cuerpo a cuerpo por conseguir ese trofeo impagable, que era “la sortija” y que nos daba más que la posibilidad de otra vuelta. Nos daba “la gloria” de conseguirla. Por mediados de los 60 y con la adolescencia efervescente, fue lugar de citas con nuestro “filitos” o novias. El ombú ubicado en la esquina de Laprida y la cortada era el lugar ideal por la poca iluminación y la frondosidad del ombú. En sus bancos nos acurrucábamos para “chapar” un poco. Ya casados, es como que la historia se repite con hijos y nietos. Hoy, cuando salgo a caminar por el barrio termino sentado en los bancos ubicados sobre la avenida Pellegrini. Caminar entre sus frondosos árboles me recuerda aquellos tiempos de la infancia y la adolescencia. La plaza fue, es y será siempre un pedazo de la vida de los vecinos del barrio. La plaza fue, es y será un pedazo de mi historia. Y de la historia de Rosario.

Texto:  Héctor. B. Carrozzo
Pintura: 

PADRE PIO


 

Sagrario en unos ojos cansados de Gloria

Peregrino, sembrador en oscuras llanezas

Resplandor lapidado después del martirio

Perseguido en el Averno al filo de la espada

Espejo del Eterno de un místico alfabeto 

                                           

Tus estigmas dictan a mí cálamo Glorias y Agonías 

Tus manos entrelazadas recobran la zarza ardiente

Tus libros esenciales ciñen la turba de los Creyentes

 

Rezo al despertar en el sudor y sangre de tus augures.

 

“Quédate Señor conmigo, sin ti mi alma está en tinieblas”…


Texto: María Susana Martini

Pintura: Pablo Picasso

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Desconcierto



La continuidad del tiempo, sin sueños logrados.

Momentos compartidos de todos los destinos.

Objetos precisos juntando sus hojas, sus piedras.

Perfumes de canela que se esfuman en el aire.

Haciendo simple los caminos rojizos, de tierra mojada de llovizna y sombras, buscando la imagen del amor.

Cuidado, del amor amado, del amor sentido, del amor herido.

Emociones varias vibrando en mi cuerpo, trayendo mensajes.

Escritos sin magia. Recuerdos lugares vacíos, marcados.

Aunque haya luz veo oscuridad, corro sin saber por qué, ni a donde voy, grito sin gritar´, hablo sin hablar.

Te llamo sin voz, el eco llevo.     

Todo se perdió en el crepúsculo, quedando

la tarde a oscuras sin huellas. Camino sin rumbo.

La sombra es inmensa. Mi mente imagina sonidos muy tenues, mis ojos se nublan queriendo llorar.

Mis lágrimas llevan el recuerdo intacto

del dolor quejoso y el triste final. Todo es incierto

sin saber porque. Pregunto y pregunto, cuál tiempo

me lleva, en las noches largas marcando las horas,

de tinieblas grises desviando sus luces, escapando lejos de tantos misterios, y sigo corriendo en busca de esa voz que calme mi alma de paz y amor.

Quiero salir de este encierro, corro y corro

deseo escapar, mientras esas luces me dan claridad

llevándose el viento tanta oscuridad. El sol aparece

Mis ojos te ven, cuánto desconcierto, cuanta inmensidad.    


Texto: Ana María Arrieta
Pintura: Picasso

martes, 22 de septiembre de 2020

La escuela

 



Los hilos de la alambrada seguían brillando bajo las gotas.

El agua bebida en el hueco de las manos, nos llevaba a la sal profunda de la tierra y la lluvia del cielo.

La tierra arada, los surcos urgentes desgarrados, primero por mi abuelo, luego por mi padre, quedaban atrás.

El primer día de clase… quince cuadras largas y gastadas, en que se confundían las veredas con la tierra.

Las vías del tren partían al pueblo en dos, como un rayo en el cielo, de un lado  el caserío, del otro, la campiña; la locomotora, un pájaro negro imperial, graznando seguido de sus “pichones” llenos de granos.

Echaba vistazos al camino andado, buscaba la protección de mi madre, las conversaciones mudas, los palotes y redondeles zigzagueantes bajo la luz de la lámpara de kerosene, en la mesa de la cocina.

Seguía el trayecto, y allí estaba, la plaza, la Iglesia, la Escuela, un gigante dormido con ventanas amenazantes, la galería abierta, el patio de tierra,…y el aula, el aula grande, fría con sus fauces francas como un animal famélico dispuesto a deglutirme.

La angustia frente a lo desconocido, ese vuelco en el estómago, la pérdida de esas raíces oscuras que me ataban a la tierra voluptuosa, espléndida…

Sensaciones borrosas, el olor a la tinta negra, el cuaderno, cuyas hojas no se podían arrancar, los manuales de estudio de páginas lustrosas, y en los días de lluvia, ese olor…de ropa mojada.

Un pudor invencible cuando en los boletines, mi padre con letra orgullosa y ondulante de tercer grado de primaria, escribía: “Agricultor”, me daba vergüenza…pero por suerte de golpe sentí  la vergüenza de haber sentido  Vergüenza.

Esa niña que a esa edad estaba hecha, de como estaban hechos sus padres…

Ese recato insalvable que le tapaba la boca, si tenía que hablar de su casa, de cómo en los días de lluvia, el barro la sujetaba por el tobillo como una mano fría, fuerte y suave, atenazándola, y al tirar, el barro más la aferraba, la apretaba, hasta que por fin, tiraba y lo soltaba; en ese barro se alargaban sus años de infancia.

Ese miedo para una niña, que secaba la garganta, como entrando a una segunda vida, más real, quizás que la primera,…incierta, verdadera.

Texto: La gata bacana.

Pintura: Pablo Picasso.