Me
perdí el último verano, solo y doliente.
Todos
me dijeron adiós tantas veces
He
visto a Juana de Arco interviniente
Experimenté
la infinita nostalgia de Virgilio
Una
voz firme resolvió mis pendientes
Temí
al ver rostros del olvido
Ya
no debo fingir que soy el más mordiente
Ayer
descendió en mis brazos una montaña
Alguien
dejó caer de su mano una rosa
La
piedra buscó a las cifras de todas las especies
El
suicidio no me liberó de la sensación dolorosa
El
poniente y la aurora ahora serán lo mismo
Aquí
el cuerpo y la materia, una nebulosa
Hay
un libro que premeditó mi muerte
Mis
ojos son los espejos que se miran, mas no acosan
Sospecho
que mañana alguien me soñará
Sé
que siglos después la vejez será tu fosa
Ayer
me resigné a huir del Paraíso
La
calavera cuidará el mármol de los aceros
Son
miles de máscaras las que prescriben
El
duelo del hombre y el Universo se llama Ego
Algunas
generaciones crearon los Mitos
La
sombra de Alguien será tu Eros
Frescos
antepasados hilvanaron mi corazón
Aún
me son infieles las alcobas de hurtadineros
Ninguna
bayoneta salvará a los continentes
El
salvaje mar será una tormenta de peros
En
mi gran calma aspiraré a lo sedante
El
juicio de dios no es de este orden
He
renacido del polvo de los invalidantes
El
trueno será la lágrima de un ángel
El
infierno lo impuso la Comedia de Dante
Entre
tantas cosas...
Sé
que voy a extrañarlos
Aquí
descubrí el hábito de apaciguarse
Millares
de razones me fueron vedadas
Los
gnósticos y los ateos han de salvarse
Antes
de entrar al paraíso hay una espada
Tómala
Frente
a mí aguarda un blanco unicornio
Soy
el polvo del altar de los creyentes
El
porvenir es inexorable
Dios
es un infiel testigo
Cuatro
estaciones
Tierra
Agua
Aire
Fuego
La
curva de la ola sabrá de mi existir
Para
siempre
Seré
el horizonte
que
nadie vé
Mi
último lecho fluirá en contados grabados
Lo
he saciado todo
Hasta
lo que no pudo ser
No
quedará Nada
Nada
por reconstruir
Los
firmamentos en alta mar te devorarán
Las
águilas serán la irreparable profecía
Hubo
una última noche juntos
Toda
muerte será infinita
Horacio Quinteros
Pintura: Tino Cuesta