En
este camino de la vida, transitando etapas de índoles distintas, hoy, como
abuela, tengo cuatro hijos, diez nietos de distintas edades, y son el tesoro
más preciado que tenemos los abuelos.
Los
tiempos cambiaron de tal manera, los adultos mayores tuvimos que entender los
tiempos que se viven, donde la tecnología invadió los hogares ganando espacios,
adueñándose de nuestros niños, jóvenes, aislando en gran parte la reunión
familiar, costumbres que recuerdo yo viví con mis abuelos, hoy nos toca algo
inesperado y difícil, ninguna persona de esta generación imaginó vivir algo
así, una pandemia, este virus que afecta al mundo, llevándose nuestros seres
más queridos.
Desde
que se instaló la cuarentena para evitar más víctimas, todos los humanos nos
recluimos en nuestra hogares cumpliendo protocolos que de acuerdo al sistema de
la salud eran obligatorios, agregándole una serie de cuidados que consistían en
mantener la distancia, usar barbijos si o si,
lo más grave fue la prohibición de salir por el peligro de contagios, al sentir que ya no podíamos abrazarnos,
besarnos, ni acercarnos fue sin dudas lo más fuerte, donde el miedo nos
envolvió.
Un
cambio se sintió a nivel mundial, el hecho de no poder salir, venían a mi mente
recuerdos de joven, me dieron deseos de escuchar la música de esa época, viajes
con los hijos y nietos, haciéndome muchas preguntas.
¿Qué
pasara mañana?, ¿cómo saldremos de esta situación?. Los miedos de salir enferma
yo, o alguien de mi familia, todo es una incertidumbre, algo bueno para
destacar, ya van ochenta días de cuarentena debido a la responsabilidad de la
gente pasamos a la fase cinco donde están flexibilizando la mayoría de los
locales céntricos agregando otros cada día.
Sigamos
cuidándonos, que todo el esfuerzo no sea en vano, nuestra prioridad hoy es la
salud, la vida.
Me
cabe una reflexión. Pensé en este tiempo en el que el mundo descansa, los ríos
se quedaron sin agua, los mares se veían calmos, el aire se liberó de tantas
toxinas que lo enferman.
Ojala
salgamos pronto de esta situación y volvamos a abrazarnos, besarnos y juntarnos
con la familia y amigos, ¡que esta pandemia haya servido para valorar lo que
nos faltó en este tiempo!.
Ana María Arrieta
Pintura: Pablo Picasso