domingo, 12 de julio de 2020

El patio




El humilde patio de la casa de mi nona, con el piso  de tierra, algún caminito de viejos ladrillos para no embarrarse los días de lluvia, el viejo aljibe... Todos ellos testigos mudos de los secretos familiares. De aquellas historias que no se deben reproducir, de aquello que nadie más debe saber. Vestigios del dolor, de la bronca, y la vergüenza, que causan algunas miserias de la familia. Inmutables vieron desintegrarse, entre las ramas secas que ardían en la gran fogata, esas fotos, cartas o papeles, que podían dejar salir a la luz, todo aquello que por generaciones estuvo oculto para la mayoría de los integrantes de la familia...
Ese amor clandestino que devino en un embarazo en soledad, la fuerte pelea entre hermanos, por la que dejaron de hablarse, el maltrato o abuso intrafamiliar que todos conocían pero del que ninguno hablaba...Para algunos, el tiempo que lleva olvidar aquellos agravios, tal vez fue poco, para muchos de ellos el tiempo no pasa, se detiene y llevaron ese rencor, hasta el final de sus días...y el mismo patio, con el tiempo y la llegada de los nietos, fue nuevamente testigo de los grandes reencuentros. Los cumpleaños de la abuela, las fiestas de fin de año, donde se reunían todos los hermanos con sus familias, junto a la larga mesa en cuya cabecera estaba la nona Oliva, venían todos, aquellos que por trabajo se fueron a probar suerte a otras provincias o a distintas localidades, los que estábamos más cerca y las visitas eran más seguidas, y los que siempre estuvieron allí...Al otro lado del patio estaba "nuestro rincón especial, el gigantesco y viejo ombú, el cual nos albergaba a todos los primos, solíamos pasar tardes enteras jugando con el columpio que uno de mis tíos nos había fabricado, con una rueda vieja de camión y unas sogas. Allí todo era alegría, cantos y risas...Aquel patio que, por tanto tiempo fue testigo de lo sombrío de épocas anteriores, con la llegada de la nueva generación se restauró y transformó en un bello lugar...Hoy, todo lo que tengo son hermosos recuerdos de mi infancia...
Ya no queda nada de aquel humilde patio.
Claudia Turcato

1 comentario:

  1. Como en esta vida, Claudia repite otro patio. Es quizá el Patio/relato de la infancia que retorna con las primeras palabras abrillantadas, a las que el poeta no puede renunciar.

    Cortésmente,

    Horacio R. Quinteros 🌹

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