lunes, 19 de septiembre de 2022

Fraternidad

 


Hoy las bocas se abrieron. Un río de palabras apaga el incendio que me calcina. Todos vuelven, y yo que creía que se habían ido. Estamos todos acá, escribiendo.

Volvió el fuego de la palabra, con colores diferentes, distintas sensaciones, pero siempre ganando el espacio y el tiempo. ¡Sigamos con esta libertad!.

Nadie lucha por lo que no conoce. Excepto él, quien a pesar de no pertenecer de manera alguna, levantó su voz por aquellos que no la tenían, y todos lo oyeron,  y lo siguieron como a un líder inquebrantable, a quien había que acompañar. Afloraron los cambios, primero pocos entendieron, luego fueron muchos, en un abrazo fraterno, ¡y fue luz!.

Grupo de literatura experimental “Pluma Salvaje”.  

martes, 6 de septiembre de 2022

Huida

 


El Fuego avanza más rápido que nosotros.

 La naturaleza es sabia.

Nosotros aún no.

Están quemando la sabiduría.

 Pensar en un mañana se hace muy difícil.

 Temo que el gran humo impida vernos.

 La naturaleza es Vida y da Vida. Protejámosla.

 Los animales huyen

Nosotros también lo haremos

Buscan salvarse.

Las personas huyen de sí mismas.

 

Noemí Brizuela

Agonía de nuestra tierra


 

Lenguas de fuego se extienden al cielo. Se levantan en grito y se expanden en luz. Se va consumiendo todo vegetal, desapareciendo su señorío.

La vida se extingue, los animales escapan o mueren.

Vemos que año tras año se repite la agonía, sin una respuesta en quienes están llamados a darle fin. Los intereses, amortiguan  toda acción y desdibujan toda esperanza.

En vano los acuerdos entre autoridades políticas de las provincias afectadas, en vano un proyecto de ley de humedales que sugerentemente duerme entre intereses espurios, desde hace varios años.

Hasta el presente, triunfa la avidez malsana del que busca enriquecerse a costa de la naturaleza, se llamen propietarios, arrendatarios o funcionarios, todos ellos amalgamados para destruir una riqueza natural que no tiene retorno en corto plazo.

¿Porque la política encubridora, porque el silencio. Levantemos nuestras voces, unamos nuestro descontento por tantos actos traicioneros que desdibujan el futuro. Luchemos por nuestra tierra devastada, los animales desarraigados, mutilados, muertos, y por nuestra propia salud, puesta en jaque por el enrarecimiento del aire, envenenado por el humo.

No nos dejemos acallar y sigamos pidiendo justicia. Basta de quemas, de humo, del nefasto avance del individualismo mezquino y ególatra, sobre el bien común. Es un problema de todos y requiere soluciones para todos. Pedimos una política que resguarde y promulgue normas, que garanticen la normalidad en la explotación de las islas, con fuertes sanciones para quienes no las respeten.

 

Norma N. Márquez