Estoy de pie frente al espejo, donde nada se oculta, dónde
se alcanza el nudo de la vida.
Hoy parí un ángel, quedé helada...
La luna fructificó mi vientre.
El consuelo y la sonrisa revolotearon en mi cansado rostro.
Me colgué de sus bellas
alas, volé con él hacía el paraíso prometido.
Viví la vida, y en un sueño, la muerte con su cruel silencio
me extendió sus brazos.
Por fin con la partida se habrá cerrado el círculo.
El amor transitado en Zigzags no cejó y debí acompañar en el
no ser, a quién fue.
Un sólo trajinar hacia el ocaso, pidiendo fe y fuerzas hasta
el final.
Susana Martini
Pintura: Joan Miró