jueves, 26 de noviembre de 2020

INICIACION



La espalda encorvada del hombre,

la frente sostenida por la mano,

el codo del hombre apoyado en la mesa.

 

La mirada fija en la hoja blanca, inquisidora.

Escenario estático de una mente en ebullición

-de un corazón jadeante/agitado-

fermento aciago de un proceso en ciernes

más plagado de vacilaciones que de certidumbres.

 

Imposible dogmatizar un nacimiento.

Y en medio del laberinto

Alumbra el poema

 

¿El hombre de la espalda encorvada

estuvo allí sosteniendo su cráneo con la mano

o el poema le dio inicio y linaje?.

Enrique Minetti

Pintura: Rousseau Théodore. 

 

lunes, 23 de noviembre de 2020

Poesía

 



Expresión sin límites al sol...

Desenmascar el sentir profundo.

Felicidad y tristeza de la mano.

Amiga entrañable de las musas.

Absoluto tesoro sin fin.

Introspección del alma ya lista.

Calor de fuego abrazador de la noche.

Volcán sin lava...

Ver el rostro del supremo un instante.

Parte de mi vida irremplazable.

Marylin Thel.

Fotografía: Grete Stern



sábado, 21 de noviembre de 2020

La motoneta


Pienso que era por fines de diciembre del año 1961 o 1962. A eso de las cinco de la tarde sonó el timbre de nuestra casa y mi madre salió a atender. Pegó un grito de alegría. Cuando regresó estaba en un estado de excitación notable.

El que había tocado el timbre era Osvaldo, el carnicero de la vuelta de casa. A él le hacíamos nuestras compras habituales y además le habíamos comprado un número de la rifa que anualmente hacia la Asociación de Carniceros. No sé si era el premio mayor o uno menor, pero habíamos ganado una motoneta Siam Lambreta 150. ¡Habíamos ganado un premio en una rifa! ¡Increíble!

Esta motoneta iba a cambiar nuestras vidas en los años siguientes. Por empezar, mis padres debían decidir si nos quedábamos con el premio o si la cambiaban por el equivalente en dinero. Y la decisión fue: la moto.

Ahora, nuestro padre tenía que aprender a manejar. Menuda tarea ya que nunca había manejado ni una bicicleta. Un amigo que tenía un “vehículo” similar le ofreció enseñarle. Y así todas las tardes se juntaban en casa y se iban al parque Urquiza a practicar.

Pasadas unas semanas mi padre nos quiso mostrar sus avances y cuando regresó de la habitual práctica nos pidió que saliéramos a la calle para conocer sus avances. Salió por Colón hacia el sur y al llegar a La Paz quiso girar en redondo para retomar Colón hacia el norte. Comenzó a girar a la izquierda y parecía que las ochavas y cordones se apartaban para dejarlo pasar justito. Pero el último cordón se empeñó en no moverse. ¡El cordón! ¡Cuidado el cordón! Mi viejo alcanzó a saltar de la motoneta y seguir caminado por la vereda como disimulando. La moto quedó trabada en el cordón como diciendo “¿y vamos a seguir o no?”.

Pasados unas semanas mi padre comenzó a ir a trabajar en su vehículo con lo que se le hacía fácil regresar a almorzar con nosotros.

Para el invierno se disfrazaba con guantes, pullover grueso, gorro de lana y se ponía hojas de diario debajo del pullover. Después mi madre le confeccionó un chaleco con una sábana vieja y relleno de diarios.

Cuando comenzaron las clases en el industrial, mi padre se empeñaba en llevarme a la escuela. Pero yo iba siempre con mi compañero, el gordo Perella. Era espectacular ver a la moto con tres pasajeros, sentados uno en cada asiento y el gordo en la rueda de auxilio. La moto iba casi en una sola rueda, por el peso de mi amigo Rafael. ¿Habrá sido la primera moto-colectivo de la historia?

La situación se repetía cuando mi padre salía con mi madre y mi hermana a pasear. Claro que mi hermana iba parada delante del conductor y si había un cuarto pasajero, se ubicaba en la rueda de auxilio.

Con el tiempo, mi padre se dio cuenta de que la moto no era para él, por los peligros de las calles y porque nosotros, ya pisando los quince años, la mirábamos como para empezar a usarla. Conclusión, “Motoneta Siam Lambreta 150 cc, se vende”. Y se vendió.

Esta fue la primera experiencia de la familia con un vehículo, después vendría la renoleta, el Fiat 1100 y el Gordini. Pero esa será otra historia.

H. B. Carrozzo

Fotografía: Grete Stern

martes, 10 de noviembre de 2020

Que niñez la de ayer

 



 

EL ayer me recuerda

Nuestra niñez inocente

Con juegos improvisados

Solo queríamos soñar

 

Hoy yo quiero recordar

Y contarles a los demás

(Lo vivido cuando niños)

Solo juegos y sencillez.

 

Nuestras muñecas de trapo

Envueltas con ropa vieja

Y cantando el arrorró

Nuestra risa contagió.

 

Mientras que los varones

Las pelotas fabricaban

Eran medias de mamá

Las mejores competían

La más dura y a patear.

 

Las bolitas, figuritas, el barrilete

Hecho por ellos, con cañas, engrudo,

Diario viejo formando triángulos,

Cohetes, otras formas elegidas,

Poniéndole al final  cola larga

Y verlo muy alto volar.

 

Todo el tiempo se jugaba

Corriendo sin parar

Detrás de las mariposas

Mientras la tarde dejaba

A la luna que aclaraba.

 

Eran campeones del trompo

Dando vida a las esquinas

El piolín era el causante

Cuando el mismo se dormía.

 

El juego de las chapitas

Eran la juntada fija

Con un revuelo de voces

Cuando hacían tapadita.

 

El buen día, permiso y por favor

Eran costumbres normales

Que inculcaron nuestros padres

Marcando valores y buenos modales.

 

Eran eternos los años, la navidad,

y año nuevo se hacían esperar

La mesa grande y comidas caseras

No debían de faltar.

Era una tradición la reunión familiar.

Ana María Arrieta

Pintura: Paul Klee


martes, 3 de noviembre de 2020

Señora Luna

  



Es la señora Luna, lumbrera de la noche,

que transforma a los simples en mágicos poetas…

Los senderos oscuros se ven iluminados,

cuando ella se pasea con su halo de plata.

Brilla la amante eterna, que encanta hasta a los grillos

para formar su orquesta con notas

que navegan en medio del follaje.

Se sabe poderosa…

La aman las montañas, los valles y los mares

que embravecen sus olas tratando de alcanzarla.

Y se entregan rendidos en las playas lejanas

con encajes de espuma blanca como la nieve.

Los poetas del mundo le dedican sus versos.

Y cada enamorado a través de los siglos,

la mira embelesado recordando a su amada,

añorando caricias bajo su luz plateada.

Tiene muchos espejos donde se mira airosa,

los lagos y los ríos, los diques y lagunas.

Narcisa majestuosa, no hay amor si no juega,

a mirarse arrobada y pasearse Señora.

Analía Criado

Pintura: Claude Monet