Forjas
la lucha al amparo de tus alas,
no
claudicas ante la mano del tirano.
Te
regocijas en el silencio del cuervo,
la
espada del pretor en tu pálida cabeza.
Tus
armas son de los tiempos de Aquiles
y
de la bélica ceniza de los inquisidores.
En
el edificio del Dios, el pecho insufrible,
donde
el polvo del martirio se deshace.
Tus
pies yacen a las sombra de un árbol
que
se convirtió en dragón, en pantera.
Fuerte,
Inocente, Ensangrentada
No
diré Juana, diré fuego.
Susana Martini
Pintura: Ricardo Carpani
Felicitaciones Susana
ResponderEliminarExcelente, Susana!!
ResponderEliminarMaravilloso poema
ResponderEliminarMuchas gracias por leerme.
ResponderEliminarSusann🌟