Mamá removió mariposas
del barro.
Sus pezones quedaron
encerrados
en el rumor de las
alas.
Ellas bajan.
Se posan en su hueco
izquierdo
y beben.
Mamá las convoca cuando
sus cicatrices
empiezan a llorar.
También en nuestros
cuerpos.
…….
Su Palabra,
es un dulce estanque
que tiembla en silencio,
mientras nos tomamos de
las manos
y apenas dormitamos.
¿Será , acaso, el
desvelo de la siesta,
o el susurro casi
invisible de los sueños
lo que aún no nos deja
parpadear?
La intemperie me
habita. Mi madre no lo sabe.
Regreso a mi hamaca
y vuelo hacia el
follaje de la higuera.
Quedo suspendida.
Los ojos se me llenan
de dulce.
Ana Laura Buono
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