Mientras
tomaba el desayuno, una tristeza me embargó, vinieron a mí las imágenes de mis
seres queridos, de los amigos a los que hace tanto tiempo que no puedo abrazar,
y vaya a saber cuándo podremos hacerlo...
Con
pocas ganas corrí las cortinas, abrí la ventana de par en par.
Estaba
tan metida en mi melancolía, que apenas me di cuenta de cómo estaba el día...
De pronto una ráfaga de viento desparramó los papeles, que estaban sobre el
escritorio, entre quejas y puteadas (mi humor estaba bastante caldeado), los
acomodo nuevamente.
Vuelvo
la vista hacia la ventana y me dirijo hasta ella para cerrarla...
Allí
descubrí una hermosa flor que había crecido sin que yo la plantara y mucho
menos la cuidara, pero ahí estaba con su estridente color naranja y un
agradable perfume. Mientras la observaba, recordé una frase que leí en un grafiti
pintado sobre un viejo y semi destruido tapial, "La flor que florece en la
adversidad, es la más rara y hermosa de todas".
Así
que, me di una ducha caliente, me pinté los labios, cepillé mis cabellos,
busqué la mejor ropa y, parada frente al espejo, me repetí: no importa cómo te
sientas hoy...vístete y sal a la ventana a brillar. El sol no es suficiente
para iluminar todo el planeta ¡también te necesita a Ti!!.
Claudia Turcato. Agosto 2020
Pintura: Paul Klee
Espectacular, gracias
ResponderEliminarGracias, Héctor por el comentario.
ResponderEliminar.muy buéno
ResponderEliminarBellísimo y muy cierto salgamos a las ventanas a ver el sol como brilla
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