Lo vi cansado, buscaba estar bien en soledad, sentía que nada podía
El Alma y
la Materia sobre la deidad de las aguas. AMAR y ser
AMADO, volver a sentir que algo falta para tapar la vida
Nunca
dudó de la importancia de SER ÉL MISMO, de buscar FELICIDAD Nunca dudó de la importancia de SER EL
OTRO, de buscar PARAÍSOS
Conocía
la teoría, las experiencias de los nombres de lugar, las fechas
Una
mañana de domingo, a orillas del mar, en el horizonte de una legua, la botella vacía en la playa del apretado
olvido
Flotaba en un desvío, en su interior, en los documentos de su memoria
Un Tesoro
en forma de carta volviendo a la arena,
Junto al
decurso del pulso de las olas, plantado en el silencio leyó:
"Solo
hallarás la felicidad con un aire encariñado de vivos resplandores”
No hay
Gurúes, no hay Humanos, no hay Criaturas Celestiales Todo ha sido creado para contemplar
la hora en los cielos rebeldes
Mírate,
tócate, siéntete, háblate, acaríciate, escúchate, Con las manías de un loco, con
la lisura de unos lacios juncales
Un barco
desganando las voces pretendía escuchar, el agua próxima
"El
mar se llevó las palabras que me prestó el ensueño del domingo"
Lenta,
contemplé la ociosa ribera de follaje, en soles y nublados
Lenta,
grato el sosiego, quieto el fervor, besé la canción
SU CANTO
Texto: Marylin Thel
Pintura: Salvador Dalí
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