lunes, 29 de junio de 2020

Compromiso






Al pie de la galería abierta crecía ensortijada una parra de uvas tan dulces que sofocaban la boca.
En un rincón sonaba una radio: “primero hay que saber sufrir, después amar…”.
Mis años de infancia y juventud jugaron con estas estrofas de “Naranjo en flor”, acompasados con el silbido de mi padre y la cocina de leñas de mi madre.
La Tierra, entonces, era habitada por el sol, el olor de los laureles, los árboles que vivían una larga vida antes de morir…de pie.
Los campos, retazos verdes, amarillos, celestes, de trigo, lino, maíz, se confundían con el cielo azul cargado de calor.
Teníamos en el corazón una extraña alegría, nacida de hacer lo que se debía.
Los olores voluminosos de los duraznos comidos a dentelladas, los melones carnosos ofrecidos generosamente a los visitantes, el desenfreno de la Naturaleza en el momento justo de la cosecha.
La Tierra suspiraba, aprendíamos a respirar con el mundo, nos integrábamos al derroche de las flores, las frutas, las semillas…
Los ciruelos se poblaban de pájaros, ribetes de álamos  cercaban  los montes  de naranjos fragantes que esperaban la recolección.
Teníamos esos sentimientos sencillos y eternos: el amor, el odio, la alegría, la tristeza.
Mi padre llegó a parecerse a los olivos que plantaba, en esa comunión entre la Tierra y el hombre, esa era una verdad, de la cual el corazón estaba seguro.
Esta verdad se evidenciaba, luego, cuando después de todo un invierno de remover la Tierra, marcando los surcos ávidos por recibir las semillas,  que con los años serían árboles, aparecía una helada tardía y fantasmal, que sólo dejaba el esqueleto  de lo que había sido un lujoso  monte; allí también, en esa tristeza oscura, muda, del esfuerzo estéril, allí, seguía existiendo Ese Entendimiento Amoroso Entre La Mano Del Hombre y La Tierra.

La Gata Bacana.
Fotografía: Grete Stern

2 comentarios:

  1. Recuerdos de una infancia feliz, allá por casa de mis Tíos y mis abuelos.

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  2. "El Hombre y la Tierra dice la autora, marcando los surcos eternos: Amor, Odio, Alegría, Tristeza" El centro mismo de la labor poética. También nosotros podemos extrañar en el paratexto, las fragancias, los sabores, la sencilla botánica, para así testimoniar la Vida y la Historia de nuestros Ayeres...

    "Recuerdos"

    Cortésmente,

    Horacio R. Quinteros 🌹

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