jueves, 14 de octubre de 2021

Dos momentos, dos espacios



Se balanceaba dentro de una esfera oscura.

Se balanceaba dentro de un prisma húmedo.

Ahí dentro recibía alimentos y tenía oxígeno.

No veía la luz ni dentro de la esfera ni dentro del prisma.

Dentro de la esfera se oían arrullos y canciones de cuna.

Dentro del prisma se oían gritos desgarrados y un poco de cumbia.

La monotonía era la virtuosa rutina en ambos espacios.

Succionaba su pulgar derecho y el espacio se hacía insuficiente.

Se mordía las uñas ajadas y el espacio se hacía agobiante.

Pegaba pataditas y recibía caricias.

Pegaba puñetazos y recibía dolor.

Se cumplía la fecha predeterminada por la obstetra.

Se cumplía la fecha predeterminada por el servicio penitenciario.

Llegó el día final en que atravesó el canal del parto en busca de una nueva vida.

Llegó el día en que atravesó el pasillo largo en busca de una nueva oportunidad.

En un impulso fue recibida por las manos firmes de la partera y le cortaron el cordón umbilical.

En un impulso la sacaron de la celda de castigo y le sacaron las esposas.

Le dieron una palmadita suave y lloró.

Le dieron una golpiza letal y cayó.

Fue apoyada cuidadosamente sobre el pecho de su mamá.

Fue arrollada brutalmente sobre el cemento de su cárcel.

Un día nació.

Un día murió.

Vir NZ

De Bordeando los límites, 2021
Pintura: Edvard Munch

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